Cuando se habla de la instalación de cámaras de seguridad en comunidades de vecinos, en muchos casos, se piensa que su utilizad se limita a la prevención y disuasión de delitos, pero nada más lejos de la realidad. La videovigilancia no sólo previene los delitos y ayuda a la policía en la investigación e identificación de usuarios, también ahorra costes, mantiene las instalaciones y zonas comunes en buen estado de conservación y mejora la convivencia entre vecinos. Y es que, entre otros, soluciona los siguientes problemas con los que se encuentran las comunidades de propietarios:

 

1. Menos suciedad en zonas comunes

Gracias a las cámaras de vigilancia, los propietarios e inquilinos son más cívicos. Se cumplen las normas básicas de convivencia, ya que los usuarios irrespetuosos pueden ser identificados. La basura se baja en las horas indicadas, los inquilinos con perros se cercioran de que no hagan sus necesidades en el portal, la publicidad de los buzones no acaba en el suelo del rellano, etcétera.

 

2. Se reducen los actos vandálicos

Buzones rotos, vaciado de extintores, pintadas, ascensores rayados… son algunos de los actos vandálicos más frecuentes en las comunidades de propietarios. En muchos casos son producidos por los propios inquilinos, pues en muchas fincas, el “enemigo está en casa”. La videovigilancia disuade a los usuarios de este tipo de acciones.

 

3. Desaparecen los pequeños hurtos

Robo de correspondencia, del tablón de anuncios, de papelera… Son pequeños hurtos que suceden en algunas comunidades de vecinos y que desaparecen gracias a la videovigilancia.

 

 

4. No hay uso indebido de las instalaciones

Acceder a la piscina y pistas de pádel cuando permanecen cerradas, el uso de las instalaciones por personal ajeno a la finca… Estas malas prácticas pasan a la historia gracias a la instalación de circuitos de televisión en los accesos a la zonas comunes e instalaciones de la comunidad de propietarios.

 

5. Evitan rencillas entre vecinos

El enfrentamiento entre vecinos es tan antiguo como la vida en comunidad. Las peleas y venganzas entre inquilinos son un auténtico quebradero de cabeza para los presidentes de comunidades y los Administradores de Fincas, que hacen su papel de mediadores. La presencia de cámaras en las zonas comunes de la comunidad impiden que se manifiesten los instintos más “primitivos” entre los usuarios, evitando los altercados y favoreciendo el respeto y la buena convivencia.

 

6. Previenen la ocupación ilegal

La ocupación ilegal es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las comunidades de propietarios y una verdadera fuente de conflictos. La presencia de cámaras de seguridad en las comunidades no solo previene la ocupación ilegal de viviendas, sino que en caso de que ya existan viviendas ocupadas en la finca, se puede lograr que los “okupas” abandonen la vivienda.

 

7. Disuaden actividades prohibidas en las viviendas

La Ley de Propiedad Horizontal regula en su artículo 7 las actividades insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas en las Comunidades de Propietarios, actividades como una casa de citas, “pisos patera”, cría de animales, plantación de marihuana, etcétera.

Las cámaras de seguridad no sólo disuaden de estas actividades ilegales, si no que en caso de que el propietario continúe con la actividad y la Comunidad de Propietarios decida iniciar un proceso judicial, las grabaciones de las cámaras servirán como prueba válida ante el juez, quien podrá acordar la cesación inmediata de la actividad prohibida y la indemnización de daños y perjuicios que proceda.